domingo, 22 de mayo de 2016

78 Años de la Fuga del Fuerte de San Cristobal

Este próximo 22 de mayo se cumplen 78 
años de la fuga del Fuerte de San Cristóbal,
en la que huyeron de la cruel prisión 
franquista 795 presos. 


Fuerte de San Cristóbal (Navarra)


El Fuerte de Alfonso XII o de San Cristóbal es una fortaleza militar en el monte Ezcaba próximo a la ciudad de Pamplona (capital de la Comunidad Foral de Navarra, España) construido a finales del siglo XIX y principios del XX.
El nombre oficial es rey Alfonso XII, pues fue realizado bajo su reinado como consta en la puerta de entrada. Sin embargo, es más conocido por el nombre de los edificios que le precedieron, que fueron una ermita con un castillo en el siglo XIII y posteriormente en el siglo XVI, una basílica dedicados al santo.

Construcción:

La ejecución del fuerte comenzó luego de la Guerra carlista tras comprobar la vulnerabilidad de la ciudad de Pamplona ante las modernas piezas artilleras colocadas en lo alto del monte.
Esta fortaleza fue proyectada por el coronel de Ingenieros Miguel Ortega y dirigida por el comandante de Ingenieros José de Luna. Las obras se prolongaron desde 1878 hasta 1919. Para la construcción se dinamitó la cumbre del monte, lo cual permitió que se edificara la estructura de tres pisos en el interior de la montaña, ocultándola del exterior con dos metros de tierra. Se encuentra rodeada por un foso que impediría un posible ataque de la infantería. El terreno tiene una extensión de 615 000 m² de los cuales 180 000 m² son de la fortaleza.

 Prisión

El fuerte nunca llegó a ser usado con fines defensivos por la aparición de la aviación que volvió obsoleta este tipo estructuras. Sin embargo, se utilizó como penal militar desde 1934 hasta 1945, algo para la que no fue concebida y para lo que se precisó la construcción de muros de separación entre las dependencias carcelarias y las de los guardianes.
Finalizada la Revolución de octubre de 1934, centenares de prisioneros asturianos y eibarreses fueron encerrados en estas galerías. Desde el principio, la falta de higiene y salubridad provocaron denuncias con exigencias de traslado de los presos y del cierre de la edificación como penal.
En septiembre de 1935, las malas condiciones de reclusión llevaron a la muerte a un miembro de la CNT de Santander, lo cual motivó paros en Pamplona. El fallecimiento de otro preso produjo posteriormente protestas en toda España y un motín en el fuerte, que fue reprimido mientras en Pamplona era secundado por un paro general. Numerosos ayuntamientos solicitaron el cierre del penal y el traslado de los 750 presos a otras cárceles. Los traslados se iniciaron en noviembre del mismo año.
En febrero de 1936, tras el triunfo del Frente Popular se decretó una amnistía para los presos políticos, de los cuales 400 estaban en el fuerte de San Cristóbal. Al salir los presos denunciaron las condiciones en las que estaban y culpabilizaron al ex ministro de Justicia Rafael Aizpún.
A partir del golpe militar de julio de 1936, en el que Navarra quedó bajo el control de los sublevados, volvió a llenarse el penal, y en pocos meses tenía una población de unos 2000 presos. A muchos de ellos, sobre todo navarros y algunos riojanos se les anunciaba la "puesta en libertad" y cuando iniciaban el descenso del monte eran abatidos.
Entre el 1 de enero de 1937 y el 6 de julio de 1945, fecha del cierre como penal, consta la muerte de 305 presos, por motivos variados, predominando la "desnutrición" y los "paros cardíacos". Muchas de ellas estaban relacionadas con la tuberculosis, ya que era centro receptor de otras cárceles con presos convalecientes por esta enfermedad como "Sanatorio Penitenciario". En el listado, hay 25 en los que figura "traumatismo" como causa de la muerte pero la causa real fue fusilamiento. El 1 de noviembre de 1936 fueron ajusticiados 21 de ellos y los otros cuatro el 17 de noviembre del mismo año. La mayor mortalidad se dio en los años 1941con 51 personas y 1942 con 61.
Aunque aún no hay constatación, todo apunta a que en esta prisión también se produjeron sacas al inicio de la guerra, como la del 1 de noviembre de 1936, en la cual hubieran muerto 21 reos por "traumatismo".1
A todo lo anterior hay que añadir los 207 muertos en relación con la fuga del fuerte en el año 1938.
Asun Larreta, presidenta de la Asociación de fusilados de Navarra, refiere que a todas estas cifras hay que añadir unos 200 desaparecidos, que no constan en los archivos y que en su mayoría fueron asesinados.2
Según el libro de registro, 4797 reos fueron apresados en el fuerte entre los años 1934 y 1940.

Fuga del Fuerte de San Cristóbal

La fuga del Fuerte de San Cristóbal se produjo el 22 de mayo de 1938, y en la historia mundial de las evasiones es una de las más destacadas, tanto por el número de fugados como por sus consecuencias.
En 1938 había 2487 personas detenidas, en su mayoría dirigentes políticos y sindicales y militantes revolucionarios y republicanos. Estos sufrían de maltratos y vejaciones como palizas, hambre extrema y piojos, habiendo constancia de la muerte por esas condiciones de 305 presos, contabilizadas del 1 de enero de 1937 al 6 de julio de 1945, fecha del cierre como penal, como se ha relatado con anterioridad.
La fuga fue preparada por unos treinta presos que utilizaron la lengua esperanto para poder comunicarse sin ser entendidos por los demás.4 La operación se inició a la hora de la cena, momento en que había más dispersión de los guardianes. En distintos grupos fueron desarmando a varios de ellos y tras coger su armamento, se dirigieron a donde estaba cenando la compañía de soldados de guardia. Un soldado que opuso resistencia y murió como consecuencia de un golpe con una barra. Posteriormente se rindieron los soldados de las garitas. En una media hora el fuerte fue tomado por los reclusos, que luego salieron de las instalaciones de la prisión.
Un soldado que volvía de Pamplona percibió lo que estaba ocurriendo y bajó a la ciudad a dar la voz de alarma. Además, un preso, el falangista Ángel Alcázar de Velasco, encarcelado tras los sucesos de abril de 1937 en Salamanca, también corrió monte abajo para avisar.
Cuando los camiones de los militares con reflectores se acercaron hacia el fuerte, algunos de los presos desistieron en su fuga, de tal forma que fueron contabilizados 1692 presos a las 3.30 de la madrugada. Se fugaron, por tanto, 795 de los detenidos, que iban mal calzados y vestidos, desnutridos, con escasos fusiles y en desbandada, sin organizar un plan de huida. Se inició inmediatamente la caza de los mismos, que sin resistencia fueron abatidos o detenidos. Consta que el mismo día 23 se detuvo a 259 evadidos. Para el día 24 ya eran 445. El último fue capturado el 14 de agosto, tres meses después, siendo apodado "Tarzán", por aguantar tanto tiempo solo en el monte.

De los 795 fugados, fueron detenidos 585, pasando sólo tres de ellos la frontera francesa. Se identificaron 187 cadáveres, a los que hay que añadir 20 muertos más sin identificar.Esto da, según la contabilidad del fuerte, cuatro más, que pudieran ser huidos de la represión en la retaguardia encontrados tras las pesquisas desarrolladas para capturar a los fugados del fuerte. Aunque la mayor parte pereció en Ezcabarte, que es la cara norte del monte, en Oláibar y en Baztán, la mayoría está registrada en Ansoáin en la falda sur del monte. De los capturados, 17 fueron sometidos a juicio acusados de ser cabecillas, uno fue internado en el manicomio de Pamplona y 14 de ellos fueron condenados a muerte. Estos fueron fusilados en la Vuelta del Castillo, detrás de la ciudadela el 8 de septiembre de ese mismo año: Gerardo Aguado Gómez, Teodoro Aguado Gómez, Bautista Álvarez Blanco, Calixto Carbonero Nieto, Antonio Casas Mateo, Daniel Elorza Ormaetxea, Antonio Escudero Alconero, Ricardo Fernández Cabal, Francisco Herrero Casado, Francisco Hervas Salome, Primitivo Miguel Frechilla, Miguel Nieto Gallego, Rafael Pérez García y Baltasar Rabanillo Rodríguez.(Informacion de Wikipedia).

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