EL
ENCIERRO DEL PILÓN
Los documentos más antiguos del archivo municipal de Falces demuestran que ya en 1751 se compraban toros para lidiarlos, y que años posteriores, después de los recorridos, se vendían a otras localidades a bajo precio para ser corridos de nuevo.
Aquellos documentos y otros posteriores
aseguran que desde entonces hasta 1915, los festejos se celebraron siempre con
toros de tres o cuatro años, y que a partir de dicha fecha se empezaron a
correr vaquillas. Pero no se habla de un encierro propiamente dicho, entendido
como un espectáculo organizado.
Por lo esencial de la orografía del
término municipal, y dado que Falces se encuentra al resguardo de un
acantilado, la conducción del ganado se hacía por el monte para no atravesar la
vega del río, siempre ocupada por quienes tenían que realizar alguna labor o
acudían la huerto a por frutas y verduras.
Pero el recorrido tradicional era una
cosa, y el “encierro”, tal y como se conoce ahora, es otra. En la práctica era
lo mismo, pero no tenía la calificación “oficial” de encierro, ni estaba
organizado.
Siendo precisamente este el gran mérito
que lo convierte en único: haber nacido de forma espontánea, la evolución
natural de una costumbre centenaria. Y eso se sabe por qué no hay falcesino
vivo que por afición taurina o por falta de otros entretenimientos no haya
subido a “esperar a las vacas al corral de Elarre”, y luego “a bajarlas a la
cabrería”. Esdecir, a presenciar el final del “transporte” y el posterior
recorrido hasta el corral del Pilón, de donde después se bajaban al de la
cabrería por la cuesta del Pilón (antiguo camino de Lerín), precedidas las
reses de atrevidos mozos sin miedo a la fuerte pendiente, las grietas del
suelo, las afiladas rocas y las tremendas magulladuras y cortes que ocasionaban
las caídas, cuando no se precipitaban al barranco, antes sin protección. Algo
que hicieron siguiendo costumbres que sus padres copiaron a los suyos.
En definitiva el encierro consistía en la
espera del ganado que había comprado para los festejos taurinos, vacas,
terneros y toros llegaban al pueblo en manada y los mozos que habían
entretenido la espera con algo de chorizo, pan y la bota de vino, corrían hacia
abajo delante de la manada, que iba dirigida por mozos que por su trabajo de
agricultores tenían en casa caballos para sus labores, y aprovechaban para ir
un poco más lejos a buscar el ganado.
No fue hasta los últimos años de los 60 o
principio de los 70, cuando se empieza a correr el encierro tal y como lo
conocemos hoy. La difusión y la fama llegar de la mano de la película Ama Lur,
producida en 1967 y que hizo unas tomas del Pilón, en el año 80 cuando Televisión
Española, establece las programaciones territoriales, es cuando verdaderamente
empieza el “boom” del encierro, trasmitiendo imágenes para Navarra y en los
programas de difusión nacional.(Ayto.Falces)
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