Este próximo 22 de mayo se cumplen 78
años
de la fuga del Fuerte de San Cristóbal,
en la que huyeron de la cruel prisión
franquista 795 presos.
Fuerte de
San Cristóbal (Navarra)
El Fuerte de Alfonso XII o de San
Cristóbal es una fortaleza
militar en el monte
Ezcaba próximo
a la ciudad de Pamplona (capital de la Comunidad
Foral de Navarra, España)
construido a finales del siglo
XIX y
principios del XX.
El
nombre oficial es rey Alfonso XII, pues fue realizado bajo su reinado como
consta en la puerta de entrada. Sin embargo, es más conocido por el nombre de
los edificios que le precedieron, que fueron una ermita con un castillo en el siglo
XIII y
posteriormente en el siglo
XVI, una basílica dedicados al santo.
Construcción:
La
ejecución del fuerte comenzó luego de la Guerra carlista tras
comprobar la vulnerabilidad de la ciudad de Pamplona ante las modernas piezas
artilleras colocadas en lo alto del monte.
Esta
fortaleza fue proyectada por el coronel de Ingenieros Miguel Ortega y dirigida
por el comandante de Ingenieros José de Luna. Las obras se prolongaron desde 1878 hasta 1919. Para
la construcción se dinamitó la cumbre del monte, lo cual permitió que se
edificara la estructura de tres pisos en el interior de la montaña, ocultándola
del exterior con dos metros de tierra. Se encuentra rodeada por un foso que
impediría un posible ataque de la infantería. El
terreno tiene una extensión de 615 000 m² de los cuales 180 000 m² son de la
fortaleza.
Prisión
El
fuerte nunca llegó a ser usado con fines defensivos por la aparición de la aviación que volvió obsoleta este tipo estructuras.
Sin embargo, se utilizó como penal militar desde 1934 hasta 1945, algo
para la que no fue concebida y para lo que se precisó la construcción de muros
de separación entre las dependencias carcelarias y las de los guardianes.
Finalizada
la Revolución de octubre de 1934,
centenares de prisioneros asturianos y eibarreses fueron encerrados en estas galerías. Desde
el principio, la falta de higiene y salubridad provocaron denuncias con
exigencias de traslado de los presos y del cierre de la edificación como penal.
En
septiembre de 1935, las
malas condiciones de reclusión llevaron a la muerte a un miembro de la CNT de Santander, lo cual motivó paros en Pamplona. El
fallecimiento de otro preso produjo posteriormente protestas en toda España y un motín en el fuerte, que fue reprimido
mientras en Pamplona era secundado por un paro general. Numerosos ayuntamientos solicitaron el cierre del penal y el
traslado de los 750 presos a otras cárceles. Los traslados se iniciaron en
noviembre del mismo año.
En
febrero de 1936, tras
el triunfo del Frente Popular se
decretó una amnistía para los presos políticos, de los cuales
400 estaban en el fuerte de San Cristóbal. Al salir los presos denunciaron las
condiciones en las que estaban y culpabilizaron al ex ministro de Justicia Rafael
Aizpún.
A
partir del golpe militar de julio de 1936, en el que Navarra quedó
bajo el control de los sublevados, volvió a llenarse el penal, y en pocos meses
tenía una población de unos 2000 presos. A muchos de ellos, sobre todo navarros y algunos riojanos se les
anunciaba la "puesta en libertad" y cuando iniciaban el descenso del
monte eran abatidos.
Entre
el 1 de enero de 1937 y el 6 de julio de 1945, fecha
del cierre como penal, consta la muerte de 305 presos, por motivos variados,
predominando la "desnutrición"
y los "paros cardíacos". Muchas de ellas estaban relacionadas con la tuberculosis, ya
que era centro receptor de otras cárceles con presos convalecientes por esta
enfermedad como "Sanatorio Penitenciario". En el listado, hay 25 en
los que figura "traumatismo" como causa de la muerte pero la causa
real fue fusilamiento. El 1 de
noviembre de 1936
fueron ajusticiados 21 de ellos y los otros cuatro el 17 de
noviembre del
mismo año. La mayor mortalidad se dio en los años 1941con 51
personas y 1942 con 61.
Aunque
aún no hay constatación, todo apunta a que en esta prisión también se
produjeron sacas al inicio de la guerra, como la del 1 de
noviembre de 1936, en la cual hubieran muerto 21 reos por
"traumatismo".1
A
todo lo anterior hay que añadir los 207 muertos en relación con la fuga del
fuerte en el año 1938.
Asun
Larreta, presidenta de la Asociación de fusilados de Navarra, refiere que a todas estas cifras hay que añadir
unos 200 desaparecidos, que no constan en los archivos y que en su mayoría
fueron asesinados.2
Según
el libro de registro, 4797 reos fueron apresados en el fuerte entre los años
1934 y 1940.
Fuga del Fuerte de San Cristóbal
La fuga del Fuerte de San Cristóbal se produjo el 22 de
mayo de 1938, y en
la historia mundial de las evasiones es una de las más destacadas, tanto por el
número de fugados como por sus consecuencias.
En 1938 había 2487 personas detenidas, en su
mayoría dirigentes políticos y sindicales y militantes revolucionarios y
republicanos. Estos sufrían de maltratos y vejaciones como palizas, hambre
extrema y piojos,
habiendo constancia de la muerte por esas condiciones de 305 presos,
contabilizadas del 1 de
enero de 1937 al 6 de
julio de 1945, fecha
del cierre como penal, como se ha relatado con anterioridad.
La
fuga fue preparada por unos treinta presos que utilizaron la lengua esperanto para poder comunicarse sin ser entendidos
por los demás.4 La operación se inició a la hora de la
cena, momento en que había más dispersión de los guardianes. En distintos
grupos fueron desarmando a varios de ellos y tras coger su armamento, se
dirigieron a donde estaba cenando la compañía de soldados de guardia. Un
soldado que opuso resistencia y murió como consecuencia de un golpe con una
barra. Posteriormente se rindieron los soldados de las garitas. En una media
hora el fuerte fue tomado por los reclusos, que luego salieron de las instalaciones
de la prisión.
Un
soldado que volvía de Pamplona percibió lo que estaba ocurriendo y bajó a la
ciudad a dar la voz de alarma. Además, un preso, el falangista Ángel Alcázar de Velasco,
encarcelado tras los sucesos de abril de 1937 en Salamanca,
también corrió monte abajo para avisar.
Cuando
los camiones de los militares con reflectores se acercaron hacia el fuerte,
algunos de los presos desistieron en su fuga, de tal forma que fueron
contabilizados 1692 presos a las 3.30 de la madrugada. Se fugaron, por tanto,
795 de los detenidos, que iban mal calzados y vestidos, desnutridos, con
escasos fusiles y en desbandada, sin organizar un plan de huida. Se inició
inmediatamente la caza de los mismos, que sin resistencia fueron abatidos o
detenidos. Consta que el mismo día 23 se detuvo a 259 evadidos. Para el día 24
ya eran 445. El último fue capturado el 14 de
agosto, tres meses después, siendo apodado "Tarzán", por aguantar tanto tiempo solo
en el monte.
De
los 795 fugados, fueron detenidos 585, pasando sólo tres de ellos la frontera francesa. Se
identificaron 187 cadáveres, a los que hay que añadir 20 muertos más sin
identificar.Esto da, según la contabilidad del fuerte,
cuatro más, que pudieran ser huidos de la represión en la retaguardia
encontrados tras las pesquisas desarrolladas para capturar a los fugados del
fuerte. Aunque la mayor parte pereció en Ezcabarte, que es la cara norte del monte, en Oláibar y
en Baztán, la mayoría está registrada en Ansoáin en
la falda sur del monte. De los capturados, 17 fueron sometidos a juicio
acusados de ser cabecillas, uno fue internado en el manicomio de Pamplona y 14
de ellos fueron condenados a muerte. Estos fueron fusilados en la Vuelta del
Castillo, detrás de la ciudadela el 8 de
septiembre de ese mismo año: Gerardo Aguado Gómez, Teodoro Aguado Gómez,
Bautista Álvarez Blanco, Calixto Carbonero Nieto, Antonio Casas Mateo, Daniel
Elorza Ormaetxea, Antonio Escudero Alconero, Ricardo Fernández Cabal, Francisco
Herrero Casado, Francisco Hervas Salome, Primitivo Miguel Frechilla, Miguel
Nieto Gallego, Rafael Pérez García y Baltasar Rabanillo Rodríguez.(Informacion de Wikipedia).
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